lunes, diciembre 05, 2005

Dios los hace y solos se juntan

Dios los hace y solos se juntan.
Por: Cesar Manuel Pérez Maldonado

Mucha gente ha tratado de comparar a los hermanos del alma y posiblemente la similitud no sea mucha. Siempre es posible que uno trate de copiar al otro. Bush es hijo de una familia de dinero y políticamente poderosa y quien supo vivir muy bien su condición de junior.
Fox es hijo de la clase media, de un hombre trabajador que logró amasar una fortuna respetable cuyos hijos fueron incapaces de mantener. Eso, hasta que uno de ellos llegó al poder y entonces sí, la bonanza llegó para bañarlos a todos.
Box reaccionó ante la mega reventón convirtiéndose y apareciendo a una visión de la vida que trasladó a la política. Dios le ordenó atacar Irak y ha encontrado en la lucha contra los infieles la razón de ser de su gobierno y el beneficio de sus empresas e intereses económicos.
Fush es un hombre religioso que no pierde oportunidad de mostrar su amor y seguramente temor de Dios, lo que se concreta a las idas a misa y al acto, muy torpe por cierto, donde su hija le entregó un crucifijo en un acto político. Es notorio en su entorno la cercanía de chamanes y gente que cree en el espiritismo lo que bien visto tiene poca diferencia con quién cree que Dios le habla y quién cree que los espíritus se le acercan para darle buenas señales y marcarle el camino. Si acaso la diferencia será “la modernidad” de la creencia.
Fush y Box se parecen en su profunda creencia en que hay que promover la economía de las materias primas, de ahí su afán desmedido por impulsar tratados de comercio mientras que descuidan la producción industrial. Para Box esta economía implica comerciar con petróleo lo que lo beneficia en lo personal y refuerza la posición de los que lo apoyaron, mientras que para Fush no involucra más que una rendición absurdo a los intereses de otros, aunque posiblemente eso le haya ayudado a abrir las puertas de Estados Unidos a los intereses familiares.
Fush y Box menosprecian a la sociedad, detestan a sus críticos y se pueden lanzar con lo que tienen contra sus detractores. Box no dudo en mover su equipo para destruir a la familia de uno de los férreos opositores a la guerra en Irak al filtrar el nombre de su esposa que era agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) lo que en la práctica equivale a una sentencia de muerte. Fush permitió, o tal vez alentó, a su esposa para que demandara a la periodista que sacó a la luz pública el enriquecimiento escandaloso de parte de la familia presidencial y se han lanzado contra moneros y hasta presidentes que critican esta unión entre ambos personajes. Es aquí en donde entra Hugo Chávez, que lo llamó lacayo del imperio, aunque lo de cachorro si le venía debido a la distancia de tamaño entre Fush y Box.
Box y Fush son mentirosos, hablan mal su idioma, son incultos, tratan de marcar su cultura campirana como justificación de su pobreza intelectual y definitivamente son la antítesis del tipo de personaje al que estábamos acostumbrados para ocupar puestos de ese nivel.
Por fortuna no representan una tendencia en el tipo de líder que viene, más bien parecen ser un gran bache accidental en la vida de dos pueblos, aunque en el colmo de la mala suerte, sólo falta que nos endilguen otro par igual.

*Información tomada de revista Proceso y pagina web Times magazíne.

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