UN DIA EN LA UDC

García Rivas Yadira
C. Comunicación 3ro.
Taller de Redacción
“La crónica”



UN DIA EN LA UDC


Son las 7:30 a.m., el frío se hace presente y apenas se dejan ver 2 o 3 almas en el boulevard Sánchez Taboada, esquina Abelardo L. Rodríguez, donde de lejos podemos distinguir pequeño edificio color azul rey, con un letrero que dice así: UDC (Universidad de las Californias).
—Mmm, otra escuela patito, de tantas que tienen Tijuana—, dice el taxista.
—No, no es “patito”, le contesto antes de bajarme del vehículo y con una expresión en mis labios de descontento.
—Son $25—, le pago y no recibo cambio, vaya que fue una gran ofensa saber el concepto que algunas personas tienen del Instituto en el que me encuentro “formándome como profesionista”.
Faltan 5 minutos para las 8a.m., y me apresuro para no ser la única con retardo en clase. Al parecer algunos compañeros entran preocupados, otros resfriados, y otros con algo de cansancio. Buenos días, le digo a la srita. encargada de la recepción.
—Buenos dias-- me contesta como siempre.
Camino al salón, me pregunto ¿cómo se llamara?. Bueno luego le pregunto, pero ya camino en las escaleras lo primero que llega a mi mente es ¡cuidado con los escalones! Y así es como comienza mi día en la UDC.
—Hola Gil, buenos días.
—Hola— me contesta con aburrimiento.
—¿Toda vía no llega el profe?
—No, toda vía no.
—¿Hiciste la tarea? Nos vemos directamente a los ojos y expresa con un ligero chiflido
—¿Si, y tú?—. No tardo mucho en responderle que también la hice, y agrego: “y yo que me vine en taxi, ya son las 8:10, y aún no llega”.
Enseguida llegan otros compañeros:
—Hola Vere.
—Hola—.
Y otros 2, entre ellos el Profe:
—Buenos días
—Buenos días—.
Enseguida entran los compañeros restantes, algunos con retardo.

—Bueno, muchachos pásenme sus trabajos para irnos al audiovisual.
—Si profe— , respondemos los que trajimos la tarea mientras los demás se hacen los desentendidos o explican algún caso inusual y de máximo extremo, motivo por el cual no la llevaron.
—O.K., dice el profe, para mañana sin falta.
—Si profe--- contestan.
Mientras vemos un interesante documental acerca de la historia mundial: “Los grandes días que sacudieron al mundo”, mi cerebro empieza a trabajar a mil por hora, haciéndome preguntas que solo me logro responder con el uso del SENTIDO COMUN, acerca del por que de las grandes guerras, de por que los grandes pensadores fueron asesinados a sangre fría al igual que los políticos que tuvieron las mejores intenciones para su nación, de por que la ciencia aun no se vuelve de interés social 100%, de cómo puede ser tan sucio o tan justo un sistema gubernamental, del por que el hambre, la pobreza, la ambición, la traición, la masacre, el lucro desmedido.... niños en sus huesos, hombres en sus yates, me dejaron sin aliento.
—Gracias profe, le digo sacada de onda. Los videos están muy interesantes.
—Y todavía nos falta por ver la década de los 80’s--- me responde el historiador.
Dan casi las 10 a.m., cuando recuerdo que tengo que hacer algunas impresiones. Disculpa me das chance de imprimir 3 hojas, ---si como no---, me responde la chica que se entretenía en internet. Gracias, ya termine, le digo con una sonrrisa. ---De nada---.
La siguiente hora es destinada a la nueva profesora de Semiótica.
---Bueno como todos ya saben, es la ciencia que se encarga del estudio grl. de los signos---, nos dice algo preocupada al ver algunas caras de aburrimiento y como culparnos, si en un mes intentan que percibamos lo de 2 meses de clases atrasadas. Después de un largo apunte y una larga explicación, esperamos la llegada de la siguiente clase para “las exposiciones”.
Por fin la última clase de 2 hrs., se volvería amena y entretenida.
—¿quién es equipo 1, que va a exponer?---,
—¡nosotras profe!, contestan mis compañeras. En silencio y atentos (Algunos), nos dedicamos a tomar notas de lo más relevante.
—Bueno, en sí, estas son las principales funciones del Método Deductivo-Analítico.---
—Muy bien, dice el profe, con voz lenta y baja, como podemos distinguir...----
—¡Profe ya es la hora!, de repente se hace oir la típica voz del apresurado.
—Bye nos vemos mañana--.
—hasta luego.
—gracias profe, hasta mañana.
—hasta mañana Yadira.