miércoles, octubre 17, 2007

German Guerrero

German Guerrero Rojo.
UDC - Comunicación
Tarea 05.

¿Lenguaje en evolución o en distorsión?

Estimados lectores, para mi es un placer dirigirme a ustedes una vez mas, como es costumbre cada semana, entendiblemente. y digo entendiblemente por que precisamente es a lo que me voy a referir en esta ocasión; al entendimiento que tenemos gracias a nuestro preciado lenguaje español. ¡Bendito sea el lenguaje!

Y no solo por que gracias a el podemos mantener esa conexión que nos permite reforzar nuestra hermandad como latinos, si no que nos permite también expresar nuestras similitudes culturales y nuestro tan sui géneris sello Hispano, desde Tijuana hasta la Patagonia. Sin duda alguna es un privilegio hablar una de las lenguas más hermosas y estéticas derivadas del latín.

Pero es preciso enfatizar, el crecimiento del contramundo de nuestro entendimiento lingüístico, que desmejora a paso veloz. Se traduce, entonces, este fenómeno como la distorsión del lenguaje. Desde luego, la evolución de las lenguas es irrevocable; en el pasado el latín tuvo que evolucionar y mezclar con el árabe para engendrar el idioma en el que ahora me dirijo a ustedes, pero los cambios que sufre nuestra lengua española no merecen ser mencionados como evolución, sino como distorsión.

Un ejemplo de ello, es la famosa palabra adherida recientemente al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española; Cantinflero. Que se refiere a una persona que habla mucho y redunda sin llegar a nada en concreto. Naturalmente esta palabra hace alusión al famoso actor de cine mexicano Mario Moreno (cantinflas), cuyos personajes poseían esta singular característica.

Pero si de distorsión se trata el Cantinfleo no es nada. ¡No es lo mismo una Polla en México que una Polla en España! ¡Ni mucho menos un pase mágico para una feria que una feria para un pase mágico! Se trata de diferentes connotaciones que le damos a las palabras (en diferentes partes de nuestra comunidad Hispana), siempre aludiendo al doble sentido y al albur, y que a la larga crean tremendas barreras semánticas para quienes no adoptan o se adaptan a la nueva era. De esto deducimos que el lenguaje se distorsiona tanto en la estructura de sus palabras, como en el significado que asignamos a estas.

¿Quiere decir que si hago una reunión con amigos de toda América latina y España, me tengo que dirigir a todos ellos como: tío, wey, che, hermano, chaval, chico…? ¿Lo mismo si fueran de todas partes de México: chavo, wey, morro, bato, plebe, buky…? Sin contar las palabras habidas y por haber para referirse a una persona ¡en el mismo idioma!

Por lo que veo, o mejor dicho, escucho. No tardaremos en llegar al agrado de que mexicanos, españoles, guatemaltecos y argentinos tengamos que usar las senas para comunicarnos, o que cada cual invente su propio idioma. Pero la lucha por preservar nuestra hermosa lengua esta en cada uno de nosotros, y debemos ser ejemplo de ello a las nuevas generaciones, ya que los futuros chavos, perdón quise decir chamacos. Bueno chamaco es un poco coloquial, mejor llamémosles chicos, ¿qué no es eso algo carente de tamaño? Bueno hasta yo me hice bolas, perdón quise decir me revolví. ¡Bueno esto resulta tan confuso que me es difícil explicar! Lo que en realidad quise decir es que nosotros como jóvenes debemos de ser ejemplo de la juventud del mañana y hacer el mejor uso de nuestro preciado español.

Carmen Conde: "El lenguaje es lo más humano que existe. Es un privilegio del hombre... Cada palabra lleva consigo una vida, un estado, un sentimiento."

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