domingo, agosto 06, 2006

LA RULETA


POR GABRIELA GONZALEZ RUIZ




La Oreja de Van Gogh

Hablemos de La Oreja de Van Gogh. A primera vista, un proyecto como tantos otros, jóvenes universitarios procedentes de familias clase medieras, reuniones de amigos para tocar canciones favoritas hasta que -y nadie sabe muy bien cómo fue- empieza a brotar el repertorio propio, las canciones que hablan de ese país secreto de la adolescencia, de la juventud, de los primeros revolcones del corazón.
Con un pop juvenil, accesible y de melodías inmediatas, el grupo “La Oreja de Van Gogh’ ha protagonizado una de las trayectorias más exitosas que se recuerdan en la historia de la música española. Amaia montero (voz), Pablo Benegas (guitarra), Álvaro Fuentes (bajo), Xabi San Martín (teclados) y Haritz Garde (batería) formaron el grupo en 1996, y tras ganar un concurso de rock en San Sebastián (Guipúzcoa) fueron fichados por una multinacional, que los puso en las manos del productor y ex Tequila Alejo Stivel para grabar su primer álbum, Dile al sol. Editado en mayo de 1998, el disco fue enganchando rápidamente a amplios sectores de público gracias a canciones de efectos instantáneos y que reflejaban las inquietudes y sentimientos de cualquier veinteañero.

El aspecto de chicos normales y corrientes de los componentes del grupo también contribuyó a una mayor identificación con ellos de su público. El 28, Cuéntame al oído, Soñaré o Llueven piedras fueron títulos destacados del álbum, cuyas ventas se dispararon hasta los 700.000 ejemplares. Dos años después, La Oreja de Van Gogh se enfrentó a la reválida del segundo disco y la superó con sobresaliente: en El viaje de Copperpot (2000) de nuevo reunieron una colección de canciones de melodías radiantes, sirve para entrar definitivamente en otros países.

Ellos incluso superan aborrecibles, disparatadas infamias que circulan por ese patio de vecinos que puede ser Internet. Cuestión de sensatez, de calma interior, de química colectiva. Se trata del grupo español de mayor impacto desde Mecano, posteriormente surge el disco Cuídate, Pop, La playa o París, elevando esta vez el listón hasta el millón de copias vendidas.


Se ha dicho ya y no está de más repetirlo: en términos de credibilidad, en los conceptos de actitud y cultura musical, nada diferencia a La Oreja de tantos otros grupos.

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