miércoles, mayo 24, 2006

E.T.A


DAVID ADRIEL ALEMAN
TALLER DE REDACION II
COMUNICACION III


Solo algunos rayos del sol se colaban por entre las persianas de la recamara de Adriana. Ella había llegado de noche casi de madrugada de unas largas vacaciones que había tomado en la finca de sus padres. Le gustaba mucho regresar cada año al rancho, ya que desde niña le encantaba estar en contacto con la naturaleza; allá en el finca se sentía muy a gusto porque se podía desconectar del mundo exterior y refugiarse del ruido de la gran ciudad.

Adriana se levantó muy cansada por el viaje en autobús que hizo desde la finca hasta el centro de Madrid. Su piernas le seguían doliendo y estaba un poco adormilada. Llegó a la estación del metro pero miró que muchas gentes estaban nerviosas y caminaban como desorientadas. Al subirse al metro Adriana se sentó enfrente de un señor ya de edad mayor, que se preparaba a leer el periódico del día. El encabezado llamó mucho la atención pues se leía: “tremenda Explosión en el barrio de Atoche” pero lo que realmente horrorizó a Adriana fue la foto del hospital donde trabaja como enfermera y que había quedado casi destrozado por una bomba.

Adriana se dirigió tan pronto pudo, hacia el hospital, no podía creer lo que había leído en el periódico de su compañero de viaje en el metro, esa mañana. Mientras mas se acercaba a la cuadra donde se encontraba el hospital, el olor de ceniza penetraba hasta lo mas profundo de su alma y dentro de ella se daba cuenta de lo que había pasado.

Cuando finalmente llegó al hospital casi se desmaya y de rodillas en el piso se dio cuenta de lo que realmente había sucedido. Luego de un rato, una de sus compañeras que al igual que ella había tenido vacaciones se acercó y le contó lo que había pasado: el grupo de E.T.A había puesto la bomba que había causado la muerte de casi 200 personas que se encontraban ese día en el hospital .

De repente, Adriana le preguntó a su compañera por su amiga Sofía. Sofía era su mejor amiga desde la preparatoria y había entrado a trabajar al mismo tiempo que ella al hospital. Adriana sabia que en esos días Sofía le tocaba la guardia en la noche en que todo sucedió. Pero Imelda nomás agachó la cabeza y le confesó que Sofía había muerto en la explosión. Que la única sobreviviente era la pequeña Claudia, hija de Sofía, de aproximadamente cinco años de edad quien sobrevivió a la catástrofe, gracias a que en la sección de cuidados infantiles donde se encontraba estaba un poco lejos del fatal accidente.

1 comentario:

udc kids dijo...

Un adelanto: te pasaste, tú sabes porque jejeje, mañana hablamos, de nuevo Sofía, a caso están conspirando en mi contra?

L.B